Ensamblaje y escultura con objetos reciclados.

La función principal de esta computadora es reprogramar su propia obsolescencia y recordarnos la conveniencia económica, social y ecológica de reutilizar materiales antes de enviarlos a la basura. También tiene dos programas: ¡apagado y encendido!

Igual que muchas de las mascotas que encontramos a lo largo de la vida, este gato llegó por sí solo a mi taller por así decirlo, su cara “se me reveló” al desarmar una computadora y a partir de ahí tuve que buscar el resto del cuerpo y dar brillo a sus ojos azules que son un par de canicas.

Esta troca que parece tener mucho kilometraje andado, en realidad es nueva aunque casi todos sus componentes provienen de objetos reciclados.

¡Ole, toro! Las banderillas en el lomo del toro, lejos de combatirlo le dan más energía, pues recargan su pila para encender sus rojos ojos. La cabeza es el contenedor de las tintas de una impresora.

Un OVNI clásico de los años 60, ¡no como los que se ven hoy en día!

Hoy, en la era de la fotografía digital, esta pequeña cámara ofrece un poco de luz en lugar de alimentarse de ella, la pantalla interior es una pelota de ping pong que sirve como difusor.

Monstruo. Una de las piezas más sencillas y al mismo tiempo de las más divertidas. La cara y la mandíbula del monstruo tienen imanes, de manera que se pueden mover para modificar su expresión, los ojos también se pueden cambiar, lo que le otorga diversidad de lenguaje corporal, puede aparecer inocente, serio o aterrador.

Una especie de Frankenstein moderno construido con piezas de computadoras obsoletas, los ojos se pueden colocar en distintas posiciones para cambiar su expresión.

Tractor.

Cabeza y corazón. Este robot tiene una serie de engranes dentro de la cabeza que permiten ver su pensamiento. En contraste a su cabeza fría, matemática y abstracta, en el pecho se pueden apreciar los latidos de su corazón.

Desde que encontré este tostador de pan pensé que es uno de esos objetos que sobreviven el paso del tiempo, construido bajo los cánones estéticos del Streamline Art-Déco. Me pareció un desperdicio que se convirtiera en algo inservible, así que decidí conservar su semántica formal pero dotándolo de una nueva función y diseñé los panes en acrílico y los iluminé desde la parte de abajo.

Licuadora.

STATEMENT DE ARTISTA

Mi trabajo se articula a partir del lenguaje primario propio de la geometría y que suele ser aplicado al diseño gráfico. Me interesa rescatar la estética básica derivada de las formas y aplicaciones simples como son los ángulos de 45 y 90 grados, círculos, esferas, cuadrados, rectángulos y cubos, colores primarios y secundarios, la luz para crear objetos que nos aporten una experiencia conceptual y estética.

Técnicamente juego con la idea de recuperar aquello que ya existe y se presenta disponible: plásticos, metales, instalaciones eléctricas, mother-boards, cableados. Mi relación con la técnica es fundamental, utilizo todo tipo de herramientas y materiales. Parto de objetos en abandono para resignificar su propia historia y generar piezas escultóricas divertidas: un gato, robots, una nave espacial. La escultura para mí es como un juego y todo con lo que trabajo son juguetes, tanto las herramientas, como las esculturas terminadas.

Me llama la atención la idea del paso rápido del tiempo, “la obsolecencia del futuro”; la chatarra de hoy en día se genera más rápido que antes, nuestros referentes económicos pasan a la historia de manera vertiginosa, las computadoras, los autos, los teléfonos, cada vez son mejores y más capaces que los de hace una o dos décadas y sin embargo son menos duraderos, dos o tres años les son implacables, los convierten en basura. El desperdicio generado es enorme y ahí veo tanto materia prima en bruto como también sustancia en términos estéticos. La tecnología por sí sola me es atractiva visualmente; las formas del interior de un disco duro o de cualquier motor automotriz están determinadas por su función y son creadas con cierta lógica que la utilidad misma y la tecnología le otorgan -sin quererlo así- una generosidad plástica. Así que todas estas piezas, vueltas inútiles cuando llegan al cementerio de objetos, me parecen riquísimas para reinventar. Creo que en todo lo ya existente se pueden encontrar soportes y materiales de gran provecho para crear arte y también para otras obras en beneficio de la sociedad, la economía, el cuidado del ambiente.